Mucha gente habla de lo malo que están las cosas. Muchos dicen que antes era mejor, otros que se acerca el fin, que esto está jodio’, que ya no se puede traer niños al mundo, que las cosas van de mal a peor. Yo no pienso escribir mucho de esto porque no quiero que mi pesimismo-hermano gemelo que compartió mi mismo lecho de entrada y se arropó con la misma sangre-me contradiga luego. Pero, si es cierto que las cosas están jodidas (¿no me paso quejándome todo el tiempo?) no quiero creer que no hay salvación, que todo está perdido, o la más pop, que el Apocalipsis-ehem!- “el fin de los tiempos”, “el juicio final”, “la segunda venida” (ojala fuera esa, siempre es mejor que la primera) o lo que quieran llamarle en sentido judeo-cristiano- se acerca. ¡Ya viene al dios al que nunca le importó la humanidad para tomar juicio sobre ella! Suena a Hollywood pero ¿qué se le va a hacer? Fuimos amamantados por Hollywood y ese GRAN final…o simplemente nos gusta esta vaina del FIN y por eso Hollywood nos las devolvió con SFX y ¡ahora en Blue Disc y 3-D!
Yo me niego a pensar en esos términos porque, entonces, ¿qué tenemos que hacer aquí? ¿Ser juzgados? Y si fuera así, ¿juzgados por qué y de qué? Si nosotros apenas empezamos a meter las patas. Quizás ya las hemos metido bastante pero ni tanto para que sea a nosotros que nos vengan a joder. ¿Qué? ¿Esto está jodido porque tenemos que pagar por una humanidad entera de desastres sin dios algunos que nos ampare? ¡¿En serio?!
Ah no, es que olvidaba que ahora las cosas están más malas. Ahora los tipos matan a su familia, o la misma madre mata a sus hijos y luego intenta quemarse con ellos, y hay guerras macabras por drogas, y robos, sexo infantil, prostitución, incesto, corrupción, imperialismo, asesinatos, violaciones, y la lista no acaba. Y pregunto yo, ¡¿eso es nuevo?! ¡¿Cuándo es que las cosas no han estado así de jodias’?! Déjense de engañar en la melancolía de un pasado que no existió. Si sabemos de tantos abusos y violencia, es porque tenemos más información disponible, tanta, que en EEUU se necesitan varias pantallas para seguir anestesiando a las masas con información. Sin embargo, dentro de ese bombardeo se encuentra la realidad de que, no es que lleguemos al fin del mundo, pero es que las cosas las hemos hecho mal desde que esa cosa que tan malamente le llamaron civilización dejó sus primeras marcas. Si tú eres de los que cree esa cosa de que el mundo está peor que antes, pregúntate si esa percepción no se debe al mismo bombardeo de información más que a la realidad de que hemos sido siempre tan violentos como amorosos y las dos cosas han ido siempre a la par. Si no me crees, ve y lee La Íliada para que te enteres o recuerdes que había guerras sangrientas desde los griegos, donde los carruajes patinaban en escombros de seres humanos desmembrados y los baches rellenados por su sangre. Lee cualquier tragedia griega, donde hijos se clavaban a su mai y luego se sacaban los ojos. ¡Qué carajos! Lee La Biblia misma, donde no solo se masacran al “hijo de dios” (tremendos valores familiares en el librito ese), pero donde el mismo dios mandaba a masacrar razas enteras, haciendo hincapié en mujeres y niños (para que no se reproduzcan). Recuerden la guerra milenaria de las cruzadas donde miles de humanos se masacraban por la religión, o las cacerías de brujas donde gente era acusada de serlo y eran enviadas a la hoguera. Recuerden el famoso holocausto, la guerra civil española y la bomba nuclear en Japón, donde millones murieron sin razón aparente, y sí, millones de inocentes: niños, madres, padres….no fue hasta Vietnam que empezaron a salir nuestros horrores como humanos y la mal llamada civilización en la comodidad de nuestra sala, y desde entonces, a muchos les gusta decir que esto de va de mal en peor.
Y no es que yo sea de los que diga que la tecnología, desde la TV hasta el media interactivo, nos va a liberar de algo y nos va a salvar como en novela de ciencia ficción. Al contrario, creo que nos incapacita en cierto punto, al ser bombardeados de tanta información. De hecho, ya la acción (el hacer algo) parece lejana, tan lejana como Homero, y es más fácil decir que el fin se acerca y no hay nada más que hacer gracias a eso (y por eso).
Sin embargo, dentro de eso, nos olvidamos que dentro de nuestra grotesca naturaleza y lo mal que hemos dejado al mundo por salvar el capricho de dos o tres millonarios. No se trata de algo nuevo sino de que ahora muchos sabemos de ello, cosa que antes, a menos que pudieras leer (cosa que todavía muchos no pueden) o ser entretenido en aquellos tiempos de la oralidad occidental, no era posible. Y si bien es cierto que muchos de los que pudieron cambiar algo decidieron no hacerlo, eso no significa que estamos condenados a ello o que no podemos hacer nada, o todas esas changerías del fin del mundo. Sí, el fin del mundo llegará en algún momento, pero no porque nadie viene, sino porque el planeta en que estamos tiene fecha de expiración y, o llegamos a ella, o la adelantamos, si es que nos conformamos con decir que esto está jodio.
No vivamos en un pasado que no existe ni existió. Siempre hemos sido así de dañinos, no solo para nosotros mismos como seres humanos, sino para todo ser vivo en el planeta y para el planeta mismo. Sin embargo, gracias a que muchos se dieron cuenta de ello y pusieron su grano de arena, hoy tenemos derechos civiles, negros mano a mano con blancos, presidentes aborígenes, mujeres presidentas y jefas de familia, matrimonios de personas del mismo sexo porque se aman, niños adoptados, reciclaje, productos orgánicos, y así, muchas cosas que apenas 50 años atrás no existían. Gente, hace menos de cien años la gente moría en el trabajo y no tenían compensación alguna, no habían derecho de vacaciones, no había mínimo de edad para explotar a niños. Y no digo que estas cosas no sigan pasando aun en algunas regiones del mundo, pero antes ocurría en todas. Así que, las cosas no están más jodidas que nunca, estuvieron jodidas siempre y hemos logrado ciertos avances poco a poco. Claro, lo que nos parece tan horroroso es señal de que el mundo sigue igual, dirigido por unos pocos y los demás a consumir. Pero dentro de eso hay pequeños huecos por donde empezar a cambiar las cosas para que vayamos mejorando todo, antes de que, como les encanta decir, el mundo se acabe de joder. Nada de esto cambia la realidad de que los recursos se estén acabando, pero sí podemos cambiar la realidad de que eso finalmente suceda.
Y muchos pensarán, ¿qué carajo puedo hacer yo? Claro, es un mundo tan grande que qué carajos. Pero uno hace lo que puede, desde repartir papeles, pasar info en Feisbuk, ser más activo en la comunidad, o simplemente tratando de no seguir jodiendo la cosa, de buscar más información, de leer al respecto y pasar la voz sobre las desigualdades e injusticias que todavía nos aquejan, o sea, de poder de tu parte, con eso, ya se está logrando un avance. Los cambios pueden ser pequeños, o tan pequeños como los que lograron personas como Malcolm X, Luisa Capetillo, o Simón Bolívar, pero siempre tienen sus pequeños efectos que, aunque a veces no los vemos en vida, después de un tiempo los verán otras generaciones. Al final de todo, nuestra vida es solo una cosa insignificante comparado con la historia de todos como parte de la raza humana, y esos pequeños cambios tendrán su efecto, como parte de ese vasto conglomerado de universos. Al final del día, si hay generaciones que gocen de los cambios positivos, como nosotros hoy podemos gozar de los pequeños avances de nuestros antepasados, valió la pena.
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