Thursday, October 28, 2010

¡Kirchner Presente!


“Oh, oh, oh…yo soy argentino! Soy un soldado del pingüino!”

Así cantaban los primeros cantos que me recibieron en la Plaza de mayo. Apenas subí del “subte” en Catedral, me ubiqué gracias el sonido del gentío al que yo le daba la espalda cuando subí la escalera. Me volví, y efectivamente, miles se iban congregando en la plaza, a eso de las 20:00, cuando se improvisó una manifestación por la muerte del ex-presidente argentino Néstor Kirchner y en apoyo a su viuda esposa, la actual presidenta Cristina Kirchner. Era impresionante ver toda la gente que caminaba por la avenida de la Plaza de mayo para congregarse…¡y seguían llegando! Habían banderas, banderas y banderas, las siempre presentes batucadas, cartelones agradeciendo la gestión a Néstor y deseando “fuerza” a la presidenta, pibes encaramados arriba de los hombros de sus padres para ver a toda la gente, y banderas, banderas, banderas. Había una bandera de Venezuela por allí, otra de Colombia por allá, y una de Chile más allá, ofreciendo tímidamente sentimientos de hermandad ante la pérdida de Argentina. Y banderas, banderas. Todo el mundo comentaba de cuando se enteró, o llamaban por celular a amigos y familiares informándoles el lugar donde se encontraban. Yo andaba solo, así que poco a poco me fui colando entre la gente. Eran como las 20:15 cuando me comenzaba a adentrar al medio de la plaza, donde se arrinconaba un mar de gente…¡y seguían llegando! Cuanto grupo peronista había, cuanto pingüino había (seguidores de los Kirchner), y hasta el Partido Comunista -que me parecen son los únicos de extrema izquierda que los apoyan- estaba en una esquina. Había una mujer con la nariz tupida y aun con los residuos de las lágrimas que habían salido de sus ojos un poco antes…y por supuesto, la gente compartiendo mate.

Yo había perdido la noción del tiempo entre la gente cuando pasé de largo a una eterna cola en donde se reunían con una flor para dejarla en la casa rosada. Poco sabían los pobres lo que yo me enteré una vez puede llegar hasta los portones; no estaban dejando pasar a nadie. En el medio del camino vi también a un hombre llorando, y de la nada un pelú salió gritando: “¡Compañero Néstor Kirchner!” y la gente contestaba “¡Presente!” De vez en cuando gritaban “Anacocó, la puta que te parió” (así sonaba fonéticamente, no tengo puta idea de qué o quién sea Anacocó’?’), o comenzaban a saltar mientras gritaban “El que no salte es un traidor”. De momento otra persona gritó “¡Viva la Argentina!” Alguien encendió una luz de bengala en la estatua de la plaza, muy cerca de donde flotaba un globo inflable de la presidenta con un lazo negro en el pecho, que no hubo quien confundiera con Eva Perón (si acá Eva es como Martí para los cubanos, sale en todos lados). De vez en cuando la gente estallaba en aplausos, o volvían a saltar…y hasta cantaron el himno nacional…”para el pueblo argentino salud”. Muchos fumaban en una esquina. Otros se encontraban en medio de la muchedumbre. Otros aprovechaban el momento y vendían flores o banderas. Los reporteros tomaban cámara y cuanta foto….y no solo reporteros, todo el que tuviera cámara o celular tomaba fotos, hasta yo mismo. Otros se sentaban con sus amigos en el césped. Padres, hijos, rubios, morochos, pobres, nativos, gente de las provincias…y hasta una anciana con el pañuelo de las madres se abría espacio entre la muchedumbre.

Sí, la muerte de un ex-presidente y político los había unido como hace décadas ningún otro político lo había hecho. Había cartelones que agradecían a Néstor, que pese a la crítica de los que dicen que no hicieron suficiente durante la dictadura, fue el primer presidente en decir que terminaba el encubrimiento, mandó a quitar las pinturas de los dictadores, promovió la recuperación a la memoria de los centros de detención clandestina, y promovió el enjuiciamiento de los culpables y torturadores de la dictadura. Néstor, quien ha utilizado y creado una masa popular para movilizar su agenda, probándose como político astuto, y quien dejara a su esposa el legado para ir a ser líder de la esperanzadora UNASUR, que sigue cobrando fuerza. Néstor que apoyó en todo momento la agenda de su esposa, entre la lucha de la ciudad contra el campo, la legalidad del matrimonio gay, y la guerra a los monopolios mediáticos, aun cuando esta última siempre es peligrosa ante la opinión pública. Néstor que junto a su esposa ha ido sacando al país del atolladero económico en el que se encontraba hace una década gracias a la agenda neoliberal. Néstor quien fuera pionero en promover lo que ahora parece como el modelo a seguir entre los gobiernos de centro-izquierda; el capitalismo nacional. Néstor quien en cuanto supo que el Presidente Correa en Ecuador estaba en tremendo atolladero y en medio de un atentado, censuró el acto y envió a Cristina a una convocación de todos los presidentes de Suramérica en repudio a lo que pareciera un golpe de estado. Néstor, al que por estas pocas cosas que yo sé, como recién llegado a este país, fui a homenajear, no por lo que ha hecho, sino por lo que simbolizaba. El que tenga dudas o sea escéptico pensado que era un mediocre o lo que fuera, solo tenía que estar conmigo en esa plaza y se iba a tener que comer las palabras. Los Kirchner serán lo que serán, como políticos al fin, pero ahí estaba la gente conglomerada en homenaje no al ex-presidente, sino a lo que simbolizaba y ahora más que nunca va a simbolizar. No por nada se les atribuye a ellos el legado del peronismo.

Al final, pasadas las 22:15, decidí irme. Ya la gente se iba dando cuenta de que no iban a poder pasar por hoy. Muchos planificaron para regresar mañana, cuando se vele el cuerpo. Otros decían a los cuatro vientos “¡Pero mirá cuánta gente vino!”…otros seguían tomando fotos de las pancartas que leían “¡Gracias Néstor! ¡Fuerza Cristina!”. Yo miraba hacia atrás cómo la muchedumbre se iba dispersando y cómo muchos seguían por la Saenz Peña como yo, en el mismo medio de la avenida. Parecía que me estaba siguiendo. No tardé mucho antes de estar cruzando el obelisco, y vi a gente que iba en dirección contraria, hacia la Plaza de mayo, abrazados en la celeste. También vi a uno que tenía una camiseta que leía “YO SOY mierda oficialista”, usando el insulto peyorativo de la oposición para reafirmar el apoyo al gobierno. Esos confirmaban que aun cuando muchos nos íbamos regresando, ¡Todavía seguían llegando!

No cabe duda que mañana será igual, y muchos serán los que darán homenaje al esposo de la presidenta. Néstor ex-presidente, Néstor líder y Néstor la idea. Lo que vi esta noche, y lo que seguirá ocurriendo en estos tres días de luto confirman lo que gritaba aquel pelú “Compañero Néstor Kirchner”
-¡Presente!
Así contestó la gente...hasta al final concluir con “¡Presente
…¡AHORA Y SIEMPRE!”

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