Tuesday, December 27, 2011

Los 1,100 asesinatos

Puerto Rico lo hace mejor. No cabe duda que, si no lo hacemos mejor, estamos ahí-ahí, compitiendo cuello a cuello con otras regiones…en ser los mejores….en hacer lo peor. Finalmente hemos pasado el record de asesinatos por año. Hace rato pasamos los 1,000 en una isla que casi no se destaca en el mapa mundial, y que no tiene ni 4 millones de habitantes. Pero gente, ¡aplaudan! ¡Somos el país más violento en términos proporcionales de América Latina! ¡Lo hacemos mejor! ¡Nos cogimos por el culo a la mierda esa del cordero blanco y nos volvimos más violentos que nadie! ¡Somos locos con ver la sangre correr! Somos locos matando a hermanos boricuas, y no solo al que estaba en negocios turbios, sino a todo el que se lleve uno de por medio….y a veces, esto es hasta literal, dado que se han dado caso de personas que le han pegado un tiro a alguien solo porque te tocaron bocina cuando el asesino guiaba tan mal que hizo un corte de pastelillo. Así de grande somos que no tenemos ningún respeto por la vida humana.

Claro, estos son los resultados de años de cosecha con semillas podridas. Yo no sé si es el complejo colonial o el insularismo o la cosa del tamaño de la isla (sí, la tenemos pequeña, ¡vive con eso mijo!), pero el boricua lleva siglos de querer ser el más guapetón, el más listo, la pendejá, no del caribe, ¡sino del mundo! Eso no es nuevo. Libros hay demás que hablan del tema, lo que es nuevo desde hace unas décadas y que ha ido incrementando hasta salirse de control es mostrar esa marca de territorio a fuerza de balas o violencia en general. Basta ver a la gente empujándose y entrándose a pescozas en el viernes negro solo para ahorrarse pal’ de pesos por algo que bien pudieran encargar por Internet con el mismo descuento. Ver a la gente empujándose solo por entrar mostraba este guille bien boricua de que “el más listo soy yo”, ese mismo guille que mostró Carlos Pesquera al entrar a la cañona a la procuraduría de la mujer, ese mismo guille que se ven con los cabrones que empuja o se cuelan para llevarse 20 bolsas de hielo (que se jodan los demás) cuando no hay luz después de un huracán, esa misma desconsideración de llevarse la comida por cajas en momentos de emergencia. En fin, ese guille de que YO, YO, y YO soy el más cabrón aquí.

Ese individualismo salvaje y desmedido denota una falta de empatía con el otro. Si no es parte de tu familia, que se joda, que esto es la ley de la jungla al cuadrado, el sálvese quien pueda. Yo estoy seguro que si este chorro de cabrones asesinos que se pasan matando por joder, o tirando balas al aire porque ganó Cotto, o atropellando a gente por su borrachera, lo pensarían dos veces si se tratara de su hijo, de su madre, de su abuela, de alguien cercano. Pero la guapería y la ley del más malo traducen el todo en un “que se joda”, y en una vendetta si me tocan a mí a los míos, tipo mafia italiana pero sin el orden ni la disciplina.

Siempre está el que vincule este crecimiento en asesinatos con el gobierno de turno. No es de sorprender. De hecho, yo lo he vinculado una que otra vez. Este gobierno se ha caracterizado por insistir en un lenguaje y un estilo sumamente violento, desde los insultos del presidente del senado contra mujeres, homosexuales, y minorías, hasta el despliegue de la policía para entrarles a macanazos y gases pimienta a estudiantes desarmados. De igual forma, el crimen se les ha salido de las manos al derrumbar puntos para lucir bien ante la opinión pública sin garantizar luego la seguridad necesaria que los bichotes proveían dentro de sus territorios asignados en el bajo mundo. Y es que por supuesto, aun siendo el territorio estadounidense con más uniformada, la policía no da abasto para proteger si tienen que dividirse en derrumbar puntos de droga, proteger luego al caos consecuente, y servirle al ciudadano. Mucho menos va a dar abasto cuando los recursos policiales son malgastados en perseguir a ciudadanos que protestan contra los atropellos del gobierno, o contra los estudiantes que exigen una mejor educación a un costo limitado.

Pero el problema es mucho más complejo que eso y yo no pretendo ser quién para dar al punto con todos sus aspectos. Sin embargo, si bien es cierto que el gobierno de turno tiene que ver con la creciente ola de asesinatos y violencia, este es un país violento en el que el promedio de asesinatos no ha bajado de 700 en los últimos 25 años, lo que, nuevamente, para una isla tan pequeña, es inaceptable. De igual forma, la violencia del día a día que contrasta con eso de la “isla del Edén, Isla del encanto” también es algo que yo y mi generación vivió en carne viva y por la que muchos decidimos irnos de la isla, buscando nuevos lugares y nuevas situaciones, buscando nuevas perspectivas a las ideologías imperantes estancadas de la isla.

Por un lado, la falta de educación en la isla ha sido un problema que llevamos arrastrando por décadas. Basta con comparar la calidad de educación de las generaciones anteriores a nosotros para darse cuenta de que esto huele a fuchi. No estoy diciendo que todo tiempo pasado era mejor, pero mientras hoy en día nuestra jerga se vuelve más hacia el spanglish, las generaciones de antes del 50 batallaron una lucha campal contra la imposición del inglés en la isla, aferrándose al español boricua como fuente de identidad. De igual forma, la música popular tenía más riqueza temática y musical, especialmente a partir de los setenta, y en las mismas artes plásticas teníamos a personas haciendo las propuestas más interesantes desde Oller. Hasta el político más charro tenía cierto dominio de la oratoria como Albizu Campos, y hasta en menor medida un Luis Muñoz Marín y un Rubén Berríos. Todo esto reflejaba cierto nivel educativo, que se ha ido perdiendo poco a poco por la pereza colectiva y por una educación atada a reglamentaciones federales basadas en números y porcentajes en lugar de calidad, que no funcionan ni a nivel federal, mucho menos en un territorio. Para colmo, en la pasada década esta erosión ha sido más marcada con la cancelación de actividades culturales como las noches de galería (ahora amenazan a las fiestas de San Sebastian también), y el aumento del miedo colectivo como resultado de la ola de asesinatos, aumentando cada vez más el aislamiento y la falta de empatía con el otro. Y claro, si cuando habían ciertos estándares de calidad versus cantidad esto se reflejaba en los quehaceres culturales, ahora tenemos reguetón, Maripily, la Castro, y la Comay como el programa local número uno. ¿Dónde están los programas infantiles que me amamantaron cuando niño? ¿A dónde se ha ido la programación local? ¿Cómo es posible que mis sobrinos hablen de pastel y no de bizcocho? Ahora tenemos jóvenes que no saben que es “iba” y no “iva” o “hiba”, que es “ha” y no “a” cuando se trata del verbo “haber”, que es trabajo y no “job”, etc. No, la TV se ha mal parido de programas donde las gaznatás enlatadas son la orden del día, dónde el juzgar al otro es lo que hay que hacer (no mostrar empatía sino antipatía…a tirar la primera y todas las piedras en una isla hipócritamente cristiana), donde el sensacionalismo y la violencia hacen noticia. Y sí, esto no es único de Puerto Rico, pasa en Perú, en Estados Unidos, en México, en Chile…pero, ¿por qué tenemos que copiar siempre lo malo para luego quejarnos de los problemas que nos van asfixiando colectivamente?

Y es que el gran experimento de Puerto Rico culminó finalmente en convertirnos en la isla-ghetto. Aquí voy a usar un poco la ficción porque es lo que hago, y me voy a referir a “The Wire”, esa serie de HBO que hacía una crítica cuasi perfecta a todo el sistema norteamericano a través de la ficción televisiva por cable. En esa serie se retrata cómo el sistema norteamericano está corrompido por todas partes, desde el bajo mundo hasta la policía, la política, la educación, los sindicatos, y el media. Lo más triste de ver la serie es pensar que ese mismo sistema es el que se ha impuesto en la isla, convirtiéndola en un ghetto donde todos están atados a unas reglas de las cual es imposible salir; la educación se basa en números y no en resultados concretos (gente educada), la policía se rige por los mismos parámetros, los cuales no resuelven más que estadísticas, la política se debe a los que invierten dinero, los sindicatos viven su propia mafia, y el media….el media es el poder que hace lo que le da la gana sin que nadie lo fiscalice, persiguiendo agendas y vendiendo noticias en lugar de informar y educar sobre lo que informa. Lo peor de todo esto es que, dada nuestra relación con los Estados Unidos, estamos sujetos a esas reglamentaciones federales, que si no les funcionan a ellos, mucho menos a nosotros. Cosa que no se resuelve a menos que dejemos de estar sujetos a esas leyes, o sea, ni con la estadidad ni con el ELA….pero claro, no todo se basa en eso, y hay cosas que he mencionado antes que también tienen que ver con el tener un poquito de respeto por el otro, cosa que cada vez parece ser cosa más rara.

Mas claro es que esta violencia no se va a resolver en un futuro cercano, por más que los números bajen, y no se va a resolver a menos que se atiendan los problemas de raíz…..tardando una o dos generaciones aun. Y nunca se van a resolver si seguimos poniendo parchos y seguimos atados a las cadenas del absurdo que rigen en el norte. Y ya es hora que nos levantemos para resolverlos en lugar de seguir encerrándonos.

Monday, December 19, 2011

El capitalismo latino

“En América Latina, el capitalismo es antidemocrático, con o sin elecciones: la mayoría de la gente está presa de la necesidad y está condenada a la soledad y a la violencia.”
-Eduardo Galeano

(Ser como ellos, siglo XXI, 90)

Monday, December 12, 2011

Sin embajada

“[…] bien dicen por ahí que los Estados Unidos están a salvo de cuartelazos y dictaduras militares porque en los Estados Unidos no hay embajada de los Estados Unidos.”
-Eduardo Galeano

(Ser como ellos, siglo XXI, 89)

Tuesday, December 06, 2011

Los nueve de Calle 13 (Sin-Censurarme)

Los nueve de Calle 13


No es la primera vez que hablo de Calle 13 y sospecho que no será la última, pero recientemente se llevaron el galardón de 9 premios de Grammys Latinos, sumando a 19 los que se han llevado en tal concurso en sus seis años de formación. También han sido nominados para los Grammys de Estados Unidos en la categoría latina de música pop, rock o álbum urbano. Por un lado no debe sorprendernos. El último disco de Calle 13, “Entren los que quieran”, ha sido el trabajo más maduro y de mensaje más profundo que han sacado al mercado. La canción de “Latinoamérica”, que ganó el premio a mejor canción del año (si fuéramos a hablar de calidad y resonancia, ¿cabría duda?), no solo ha dado mucho de qué hablar, sino que se ha convertido en himno de lucha desde Puerto Rico hasta Chile y de toda Latinoamérica. En adición a eso, el disco tiene una variedad de ritmos y experimentaciones musicales como nunca antes habían hecho, aun cuando a mi entender, lo mejor del grupo es precisamente la música más que la letra, aunque en “Entren los que quieran” la letra me dio un tapaboca, justo cuando ya creía que René se había quedado un poco estancado en cuanto a rima y temática. Por el otro lado, sí es de extrañarnos que haya ganado. En primer lugar, estamos hablando de un grupo que se las ha jugado duro al criticar los valores atesorados por el status quo, desde la Iglesia católica hasta los políticos de turno. De igual forma ha sido censurado por la radio en Puerto Rico y en Colombia, hasta dónde sé, y criticados por los que se han sentido ofendidos por sus mensajes. Además, no estoy acostumbrado a que los grupos o cantantes musicales ganen en base a la calidad de su música y sí en base a ventas e influencias. El mejor ejemplo es que Calle 13 acabó de desbancar a Juanes como el más galardonado en los Grammys Latinos: Juanes 17, Calle 19. O sea, Juanes, que desde que le pide a Dios por la camisa negra yo no sé cuál es la diferencia entre las cosas que canta. ¿Otro ejemplo? Shakira, que también fue galardonada. ¿En serio que tengo que hablar al respecto?


Por mi parte digo que aun cuando los Grammy latinos valen mierda, los 9 de 10 que ganó Calle 13 han sido más que merecidos, no por ventas como otros, sino por calidad, tanto musical como lírica. Pero claro, no faltó la mitad de la boricuada abochornada que puso el grito en el cielo. Hablaban de “esos cafres”, “esa gente que auspicia la violencia contra la mujer”, esos que dan “mal ejemplo”, “esos ateos”, esos representantes de “una minoría” en la isla, “la mierda está de moda”, esos que “se creen suramericanos”, “esos que a mí no me representan” sino a “esas sociedades latinoamericanas”. Luego salió el gobernador diciendo que le felicitaba pero que debía de estar agradecido de vivir en una democracia ya que en otros países no podría decir lo que dice, a lo que René le salió al encuentro con una magnífica respuesta: “él habla de la democracia como si fuera un privilegio” dado, claro, por el Tío Sam. Irónicamente, si no fuera por la conflictiva relación de Estados Unidos con Puerto Rico, el gobierno pitiyanqui de Fortuño sería el primero en acabar con los derechos de la mal llamada democracia. ¿No fue él quien censuró a la izquierda de la Universidad de Puerto Rico? ¿Acaso no fue su gobierno el que atropelló estudiantes? ¿Acaso no fue su gobierno el líder detrás del espionaje político que hace la policía en las marchas? ¿Acaso no fue su gobierno el que cerró las gradas del Capitolio a la prensa, el que censuró las expresiones de Calle 13 (que el gobernador era un hijo de puta….hijo de puta, hijo de puta, HIJO DE PUTA….que mucho me gusta repetirlo carajo…y es que hasta el “cabrón” le queda corto….o sea, Aníbal era un cabrón…es más, Rosselló era un hijo de puta, Fortuño es un cabrón hijo de puta y más), que lo censuró en la radio y le prohibió presentarse en San Juan? ¿Acaso no fueron ellos los que colgaron un proyecto de felicitación para el grupo, que entiendo es una estupidez, pero que sí fueron capaz de otorgarle al mafioso cubano Julito Labatut, quien fuera nombrado por Ernesto Abraham Arzola Martínez, ex agente de la policía de Puerto Rico y en testimonio para el FBI, como el que conspiró y dio la orden para asesinar a Carlos Muñiz Varela, cubano en la isla a favor de la revolución cubana?

¿De qué democracia habla este …..hijo de puta? ¿Me quiere decir que matar es permitido y hasta homenajeado pero criticar al gobierno es, como mucho y después de mil censuras, un “privilegio”? No en balde ya hemos pasados los 1,000 asesinatos por año. Si esa es su democracia…pues, como andan las cosas, sálvese quien pueda.

Mas después de toda esta diatriba es obvio que los que fueron heridos cuando Calle 13 ganó más premios que nadie en la historia del certamen son todos de obvia tendencia derechista, penepé y pitiyanqui, que amparados en el concepto de ser la “mayoría”, cosa que es totalmente relativa y cambiable, pretenden que se erradique cualquier otro discurso que no sea el que ellos favorecen, y hasta aplauden cuando tal acción es ejecutada (¿hasta la muerte?), diciendo que “gracias a Dios acá no se escucha eso”, “se pasaron”, “se creen suramericanos”, y/o “a mi no me representan”. Lo más cómico, por no decir patético, es que esta gente hablan del resto de los países latinoamericanos como si fueran una cosa totalmente distante y ajena, como si Puerto Rico no fuera parte de los países latinos.

Al parecer, tener esa libretita azul les confunde y les hace imaginarse blanquitos. Es de entender, a veces, que hasta en “esas sociedades latinoamericanas” (fíjese la negación a ser naciones….no, son meras sociedades) crean que esa libretita nos hace hablar perfecto inglés y que no somos parte del conglomerado de países latinos, pero los norteamericanos tienen muy claro que el inglés no es nuestro primer idioma y que somos de otra cultura (sorry). Es más, por lo general, creen que somos otro país y no su territorio, y hasta se confunden cuando uno les muestra la dichosa libretita que también hace confundir a esos boricuas que se creen estadounidenses. Son esos abochornados los que hablan de “esas sociedades latinoamericanas”, demarcando el desprecio con el uso del pronombre demostrativo (esas), tratando de profundizar que hay una diferencia.

Yo me pregunto qué cabeza tan enajenada piensa que Puerto Rico tiene más características en común con Texas o cualquier otro estado de Estados Unidos que con cualquier país latino. Quizás es que temen que si los estadounidenses entienden lo que canta Calle 13 nos darían una patada, así que necesitan pedir perdón y decir que ese grupo solo representa a una “minoría”, que su mensaje carece de ningún valor, etc. Quizás es que prefieren cantantes monótonos que no tengan ninguna propuesta meramente retante y que, mucho menos (horror de los horrores), canten de cómo los latinos andamos de jodíos. Mejor que canten de amor a que canten de “la operación cóndor invadiendo mi nido”. Mejor que canten del “Waka Waka” y que muevan las caderas antes de cuestionar la “payola”. Pensar es inaceptable, mezclar ritmos con nuevos ritmos es muy incómodo, mejor es quedarse en lo que uno conoce en estos días de mucha gente sin cojones….(pero que se están viendo amenazados por las protestas en Puerto Rico, Chile, Colombia, Estados Unidos, Grecia, Irlanda, Italia, España, Inglaterra…de gente que sí está dispuesta a poner hasta sus cuerpos para protestar en nombre de un mundo mejor).


Para esos que se molestaron, es aun mucho peor es que un grupo de Puerto Rico que ha sido reconocido a nivel mundial busque las conexiones que unen y nos unen a “esas sociedades latinoamericanas”, que promuevan la unión de Latinoamérica, aquel proyecto que todavía late en las cabezas de nosotros los utópicos, heredada desde el siglo 19 y que por personas como éstas que no se creen latinos, que se empeñan en la diferencia en lugar de construir desde ella, y que son locos con aliarse al Norte siempre y cuando ellos estén bien, ha sido imposible de alcanzar (además de por otros factores como la corrupción de los líderes, la violencia, y la traición de esas ideas por gente que se han enamorado de su rol patriarcal).

No, es mucho más fácil ampararse en la ignorancia y hablar despectivamente del grupo, haciendo a un lado la acción política que han ido llevando a cabo más allá de la tarima por todo esto tiempo (no toda va a sus bolsillos…como sí todo va a los bolsillos de los cantantes que defienden), ignorando la intención detrás de los insultos y las palabras fuertes, ignorando incluso su temática ya que no se han dado a la tarea de escuchar con detenimiento. Y no solo eso, sino descartar cualquier defensa del grupo aun cuando se le argumente en su defensa, y es que, volvemos a lo mismo, los que hablan de democracia son los primeros en descartar cualquier otro argumento que no sea parte de la fantasmagórica “mayoría”, como si la mayoría no tuviera la carga histórica de cometer errores, horrores y estupideces.

¿Saben quiénes representaron a ciertas “mayorías” en determinados momentos y contextos? Los Nazi. La gente alemana, en su “mayoría”, apoyó a Hitler. Pero no nos vayamos tan lejos, la “mayoría” también apoyó a Bush Jr. en su reelección, la “mayoría” apoyó a Rosselló y la “mayoría” cometió la estupidez más grande de poner a Fortuño y a Rivera Schatz en el poder. Esa es la sabiduría de la “mayoría”, y se vuelve peligrosa cuando esa mayoría quiere silenciar cualquier disidencia, desde Hitler hasta Pinochet, desde Franco hasta Videla. De hecho, esa “mayoría” sería mucho más poderosa si el gobernador pudiera silenciar a cualquiera que no esté de acuerdo con él, que apuesto es lo que él quisiera. ¿O acaso no es eso lo que sugiere entrelíneas cuando le responde a Calle 13? “Que dé gracias que vive en una democracia”…..porque si no….si no ¿qué? ¿Le van a dar pam-pam? Imagino se babean con la mera idea, un gobierno con guille paternalista pero con complejos de adolescente (y qué no van a adolecer si adolecen su identidad).

Sin embargo, Calle 13 es el mal ejemplo. Lo serán, quizás para aquellos que defienden cierta moral y hasta cierta religión, ¿pero eso significa que todos tienen que seguirla o creen en ella? Hay muchos que dicen pregonarla y se matan, se insultan, se traicionan…al menos el mensaje de Calle 13 siempre ha sido paródico en cuanto a la violencia y ahora solo promueve la violencia a través del arte y no de las balas. Si ese es el mal ejemplo, prefiero a mil Calle 13 que hablen mal del Vaticano pero que promuevan la paz, no solo en Puerto Rico, sino en toda Latinoamérica y más. Que vengan mil Calle 13 que se cuestionen las cosas un poco y que no repitan cosas y odien la diferencia, que aboguen por la educación y no las balas, que aboguen por los derechos del pueblo y no los gobernantes y sus amigos millonarios. Si así fuera, quizás no tendríamos más de mil asesinatos, quizás cambiaríamos las balas por palabras, por el diálogo, quizás haríamos tantas cosas juntos, como esas en que creemos nosotros los utópicos. Mientras no lo haya, yo me uno a las felicitaciones al grupo, y a todos aquellos que, como yo, tratamos de sacudir un poco las cosas que andan mal a través de las palabras, del diálogo y la educación.


*Gracias a Alfredo por incluir este artículo en su revista cibernética “Puerto Rico Indie”. Aclaro que la censura fue, irónicamente, autoimpuesta y no del editor, solo por si acaso eso de repetir el nombre del gobernador hijo de puta tantas veces pudiera ser ofensivo para los lectores en general.

En nombre de la democracia

“A lo largo de este siglo, América Latina ha sido invadida más de cien veces por los Estados Unidos. Siempre en nombre de la democracia, y siempre para imponer dictaduras militares o gobiernos títeres que han puesto a salvo el dinero amenazado. El sistema imperial de poder no quiere países democráticos. Quiere países humillados.”
-Eduardo Galeano

(Ser como ellos, siglo XXI, 88)

Cuba

“Nunca he confundido a Cuba con el paraíso. ¿Por qué voy a confundirla, ahora, con el infierno? Yo soy uno más entre los que creemos que se puede quererla sin mentir ni callar.”
-Eduardo Galeano

(Ser como ellos, siglo XXI, 75)