Sunday, September 17, 2006

Sobre protestas a protestar

Como bien saben, en días recientes hubo una protesta en el teatro de la UPR. Justo antes de comenzar un espectáculo dirigido a los burócratas de la universidad, entre ellos Padilla y el gobernador. Un grupo de estudiantes con ínfulas de “liberales”, “libertadores”, “de izquierda”, o lo que sea que sus adolescentes mentes recrea, decidió lanzar una protesta bien merecida en contra de lo que se ha catalogado como la “privatización” del teatro, dado que los precios han subido a niveles que sobrepasan lo absurdo (absurdo porque, como bien mencionó mi amigo Fabián, es un teatro de la Universidad y no en la universidad) y se les ha entregado a manos de los ex-humanistas como Silverio Pérez, harto casados con los sistemas capitalistas (debido a que les ha dejado mucho dinero apoderarse de la mal llamada producción artística de la isla) y demasiado ex para recordar lo que significa ser un estudiante, y mas aun, lo que deben significar las artes, más allá de la mera acumulación de bienes.

Sin embargo, una vez más, deja mucho que desear la protesta. Recalco que la causa se justifica, pero nuevamente difiero de los medios. Sí, merece protesta que el teatro pase a manos de estos burócratas, charlatanes vendidos hace tiempo, pero, ¿cerrar las puerta justo cuando ya habían entrado personas? ¿Gritar insultos a personas que poco tienen que ver con las decisiones de Padilla?

Recapitulemos (para negar informes falsos de prensa); la protesta se encargó de cerrar las puertas del teatro (tantos años que no se preocuparon por una protesta para que lo abrieran y quizás esta sea la razón del porqué) antes de que la actividad comenzara. Sin embargo, demasiado tarde para evitar encerrar personas dentro del teatro. Según me dijeron personas que estuvieron dentro, pasaron unas tres horas antes de que los miembros de la orquesta pudieran salir del teatro, junto a dos o tres tontuelos que se apresuraron por llegar temprano para ocupar sus sillas sin revolú (los pobres pudieron evitar que el revolú les entrara a bofetadas). De igual forma, le gritaron “burguesitos” a los miembros de la orquesta, como si el arte musical que ha perdurado por tanto tiempo sea objeto de disgusto para las luchas, para las protestas. No, ellos solo se menean ante los símbolos del pueblo; reggetón, plena, consignas, lo que sea después que sea del “pueblo”, como si eso que ellos consideran que proviene del “pueblo” no fuera asignado por esferas de poder bastante similares a las que ellos pretenden encarar. Ahora, ¿por qué no protestar antes de que esta gente entrara? ¿Por qué no dejarlos salir? ¿Por qué no trazar una estrategia que sea coherente, que suene digna de emular y de contraponerse a la mierda que nos rodea? ¿Cuál es el empeño de hacer las cosas a la cañona, en nombre de ideales de unos cuantos y que el resto sigue como reses, sin saber en realidad cuál es el objeto de su lucha? Pero en fin, cualquier movimiento de ruptura necesita alguien que orqueste, y un bonche de monos que le sigan. Así se instauran los sistemas, las instituciones, las ideas, las religiones, y todo rememora un mismo círculo vicioso del que no hemos podido salir, monos al fin.

Pero estas preguntas no se hacen, es más, se prohíben. Aquí, los llamados pensadores, los que tienen en sus manos las alternativas al sistema opresor y deshumanizador en que vivimos, se niegan a pensar y hasta lo prohíben. ¿Por qué? Porque el pensar no es compatible con la acción. Esto lo sabía Shakespeare, esto lo sabían muy bien los capitalistas, quienes nos han creado un mundo donde la televisión y el “have-fun” (en buen puertorro el janguear) se elevan a niveles divinos y donde todo esfuerzo y sombra de pensamiento es descartado y ridiculizado. Irónico, que los que se levantan en contra de esa mierda, caen en la misma mierda. Temo que es que han repetido tanto consignas huecas, sin saber que carajos dicen, sin saber ni quién era el Che ni Albizu, más allá de una T-shirt (que se cobra by the way), que ya los que protestan no pueden ver por encima de la misma mierda que han cagado desde sus bocas y les han llegado hasta los ojos. Entonces, se quejan cuando todo el mundo apoya al status quo y distorsionan sus intentos desaforados por tratar de cambiar esto, del porqué cada vez más los estudiantes prefieren que se lo metan mongo antes de protestar. ¡Pues coño! ¡Si los que protestan siempre lo hacen a lo loco!
Fiesta, fiesta y carnaval, el ideal se ha ido y todo suena a chiste, a risa, a burla, a un espectáculo patético más que a una lucha.

Si el arte, en este caso la música, va a ser objeto de critica o de burla más bien, si va a ser producto de “burguesitos”, que los pobres diablos de la sinfónica dictan mucho de ser, pues muchos de los que protestan quedarían burlados. Al diablo sus ínfulas de originales, de pensadores, de representantes de una autenticidad que casi nadie puede ver, ya que, si el arte es de “burguesitos”, como sus gritos pretendían señalar, su “separación”, su “ruptura” también. ¿Qué pretende hacer el intento creativo que no sea eso, un intento de representar el descontento, la armonía, el caos, el desahogo (todo junto) que nos hace humanos? ¿Qué hace al arte “burguesito” (muchas cosas en realidad, pero hay que debatirlas en su contexto y en su por qué), el que sea sinfónico? Si es así, me parece que los que quieren arroparse con la bandera “del pueblo”, de los ideales socialistas, han caído en la retórica del capitalismo; el arte es aburrido, lo cool es lo que una mayoría escucha, sigue o hace, o sea, la moda. De ser así, pues a regocijarse en nuestra banalidad de cada día, que mientras lo hagamos, de nada sirven las protestas, porque le estamos jugando el juego al sistema.

Sé, y demás esta decirlo, que olvido en mi critica miles de puntos, que si evitáramos repetir las mismas ideas y siguiéramos abonando en una discusión de esta índole, tendríamos tiempo de sobra para debatir sobre el tema. Me temo que eso no es compatible con los tiempos de ahora, en que se actúa y luego se justifica (nunca se piensa, en la mayoría de los casos).

1 comment:

Glifo said...

buen analisis chico. a la verdad que es vergonzoso lo que esta ocurriendo con el "movimiento estudiantil" carajo entre a la UPR en el 2000 y llegue al Consejo Estudiantil creyendo en algo, sali de alli casi huyendo al encontrarme con tanto ego junto, no se podia ni respirar. nada ha cambiado.

el viernes participe brevemente de la actividad que se dio frente al teatro, con varios performance y musica, fuera aparte del incidente donde un muchacho se quemo la cara, todo lo demas marcho muy bien y fue ejemplar. lo del sabado fue una barrabasada.
barrabasada: f. fam. Travesura, acción atropellada y sin tino.
Como decia Don Tony; " lo peor que puede haber es un bruto con iniciativa"