Tuesday, February 07, 2012

Las múltiples identidades I:

Vengo de una isla llena de ambigüedades. Muchas de ellas son hijas bastardas de la identidad o falta de identidad de la isla, o la identidad contraída a partir de una falta de identidad, o una identidad inconclusa, o una identidad que se sabe mentida (toda identidad colectiva es sospechosamente mentida pero a la boricua se le nota la costura), o la vaina del status. No. Borremos eso. No todo es del status…pero ese monstruo de mil cabezas que muchas veces se jura mierda sin llegar a peo tiene mucho que ver con eso de que somos o no somos. Y es que la cuestión del “ser o no ser” Hamletaniano, que tanto he malgastado por aquí y por allá, en Puerto Rico asoma como pregunta lanzada al vacío para su procreación de ecos. Somos o no somos el gran invento de las Américas (el otro lado del otro gran invento-disparate de las Américas: Cuba) o el proyecto Frankenstein de Estados Unidos; el Estado Libre Asociado de Puerto Rico….y por ahí se siguen muchos somos: somos o no somos nación, somos o no somos nación con soberanía, somos o no somos una nación libre y soberana, somos o no somos estado, somos o no somos Estados Unidos, somos o no somos estadounidenses (más allá de la libretita azul), somos o no somos boricuas….y ese engendro asoma como Narciso de mil cabezas. Porque, ¿Qué es eso de ser boricua? A juzgar por las payasadas, muchas malas paradas, muchos clichés, mucha peste a guapetón de barrio y de reguetón…y también mucha gente que se jode día a día por trabajar…o por conseguir trabajo, y en fin, mucha gente, conglomerado de gente, múltiples gentes. Así que si cada ser humano se ve construyendo sus complejos egos a partir del reflejo del espejo o del reflejo de Narciso, imagínese si en esa cabeza hay miles de rostros deformados. ¡Gracias a todos! Desde Juan Ponce de León hasta Muñoz Marín o Ferré…una fila eterna de hijos de puta que nos chichó desde principios que ya no podemos recordar.

Insisto, ¿qué somos? Mucho se ha escrito al respecto. Llene su blanco. Mas si en algo podemos coincidir es que, como en toda definición, se trata de algo complejo. Claro, nosotros tenemos nuestras peculiaridades caribeñas, y luego las otras peculiaridades como colonia o no de una nación Otra con diferente historia y cultura. También podemos coincidir que estas definiciones parecen quedarse cortas la mayoría de las veces. El proyecto inconcluso que hubo como colectivo (para no usar el término de nación que tanto cansa a los posmo con guilles de auto-superados…mientras se jactan de su independencia en duchas de quesos y vinos) parece asomar en cada uno de los rostros, en cada uno de los maquillajes. Somos muchas cosas, y ninguna. O quizás somos como aquella canción ochentosa de Chayanne, así de pop, así de símbolo a comprar…

…“un trozo de hielo en la escarcha que no llegó a abrir.”

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